tolto doppioni dell'introduzione

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Introducción
Alex Haché
Mientras escribo la electricidad que alimenta mi ordenador Frankenstein, mil veces operado y revivido, se va cortando y el
pequeño SAI lanza pitidos. Todo ello contribuye con mi sensación de vivir en una nave espacial y me recuerda cuan preca
-
rias pueden resultar nuestras infraestructuras. Tal y como apuntaba Eleanor Saitta
1
, lo más probable es que sean estas las que
nos estén fallando, o nos acaben por matar en primer lugar.
La falta de planificación y resiliencia son causadas por un mantenimiento cada vez más precario de las infraestructuras
“públicas”. Juegos políticos decididos por personas cuyas vidas resultan mucho más cortas que las infraestructuras que ges
-
tionan. Presiones y tráficos de influencia para conseguir reelecciones y cargos de confianza. Corrupción sistemática. El dis
-
tanciamiento de las instituciones de la ciudadanía, lo público privatizado, los comunes vandalizados y saqueados. Mientras
tanto las infraestructuras tecnológicas, sociales y políticas sobre las cuales se mantienen nuestros estilos de vida son cada vez
más complejas. Puede que por ello, los equipos a de la cibernética de control de esas infraestructuras se muestren incapaces
de detectar las pautas y vislumbrar cuándo se romperán los diques de la Nueva Orleans, se caerán las redes eléctricas en épi
-
cos black-outs, se infectarán las plantas nucleares por culpa de Stuxnet
2
, o se colapsará ruidosamente el sistema financiero
global .
En mi propia comunidad, mi lugar en este mundo cambiante, las cosas saltan por los aires cada dos por tres. Ocasional
-
mente la electricidad deja de alumbrar, el proyecto de gestión integral de agua se estanca, el factor humano juega a derribar
nuestra tan ansiada estabilidad. Existen grandes similitudes entre lo que intentamos conseguir de manera autogestionada
con nuestras infraestructuras básicas (agua, electricidad, lavabos, cocina e internet) con lo que pasa en muchos otros luga
-
res semi-urbanizados dentro de este gigante “planet of slums
3
” en el cual se esta convirtiendo el planeta. Oscilamos entre el
consumo descabellado e insostenible de recursos naturales y tecnológicos versus la construcción de una sociedad basada en
el decrecimiento, los comunes y la justicia social. Un cambio que implica afrontar muchos retos a la vez: desarrollar y man
-
tener las infraestructuras, dotar a las instituciones del pro-común de sostenibilidad, repensar las normas sociales y cómo las
hilamos entre todas.
Quizás este dossier no aporte soluciones a estos temas más bien macros, pero sí plantea maneras alternativas de entender la
cuestión tecnológica. Se trata de la parte donde se reconstruyen las cosas a nuestra manera ya que, como apuntaba Gibson,
la calle siempre encuentra sus propios usos a las cosas
4
. La soberanía tecnológica nos remite a la contribución que hacemos cada
una de nosotras al desarrollo de tecnologías, rescatando nuestros imaginarios radicales, recuperando nuestra historia y me
-
morias colectivas, re-situándonos para poder soñar y desear juntas la construcción aquí y ahora de nuestras infraestructuras
propias de información, comunicación y expresión.
Ritimo - Soberanía tecnológica
Pág. 5
NOTAS
1.
Conference en el 27c3 “Your infrastructure will kill you”,
https://www.youtube.com/watch?v=G-qU6_Q_GCc
y entrevista Lelacoders (dis
-
ponible en inglés: https://vimeo.com/66504687)
2.
https://es.wikipedia.org/wiki/Stuxnet
3.
Mike Davis, Planet of Slums, 2007
4.
Burning Chrome:
http://en.wikipedia.org/wiki/Burning_Chrome
de William Gibson

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Prefacio
La soberanía tecnológica, una necesidad, un desafío.
Quien aún no ha entendido, después de Snowden y sus revelaciones, que nuestro querido ciberespacio ya no está en
manos de sus usuarias, y esto desafortunadamente desde hace mucho tiempo, sino que constituye una zona muy vigilada y
de mucho riesgo. La usuaria, aparentemente libre en sus movimientos y dotada de incontables facilidades -a menudo pro
-
vistas «
gratuitamente»- se ha convertido de hecho en un sujeto cautivo que es, al mismo tiempo, rehén, conejillo de indias
y sospechoso.
El dominio de Internet por los poderes estatales o comerciales, o, muy a menudo, una asociación de los dos, parece total, y
lo es efectivamente donde los vectores y las plataformas son propietarios, es decir cuando están en posesión de actores par
-
ticulares quienes pondrán por delante sus intereses propios, con frecuencia a costa de los intereses de sus usuarias. Mientras
que el impacto que tiene Internet en nuestras vidas se hace cada vez más fuerte
1
, una toma de conciencia acerca de ¿Cómo, y
sobre todo para quién, funciona Internet
? se vuelve cada vez más urgente.
Afortunadamente, esta toma de conciencia existe y empezó mucho antes que el despliegue de Internet. Pero su incidencia
permanece limitada, porque aún concierne a un número relativamente restringido de personas y grupos; y también porque
se topa con fuertes ofensivas por parte de unos poderes establecidos muy potentes. Su abanderado es el software libre, y sus
numerosos derivados. No sólo como técnica, sino sobre todo como el ideal que representa: toma de conciencia, toma con
las propias manos -autonomía y soberanía. Porque cuidado, todo no es tecnología y la tecnología no lo es todo.
Es necesario percibir la soberanía tecnológica en un contexto mucho más extendido que la tecnología informática, o inc
-
luso que la tecnología a secas. Hacer caso omiso del conjunto de crisis medioambientales, políticas, económicas y sociales
imbricadas las unas en las otras
2
, o buscar resolverlas de forma aislada o en su conjunto con la sola tecnología son opciones
igualmente aberrantes. Queda ya más que claro que la soberanía tecnológica en sí misma no cambiará nuestro inexorable
rumbo ... hacia la pared.
Es imposible continuar en la vía del crecimiento a todos los niveles, tal y como ha sido seguida hasta ahora. Una parada in
situ es necesaria, incluso quizás un decrecimiento voluntario, a falta de esto se impondrá él mismo, y en unas condiciones
seguramente más desagradables. También, desde esta perspectiva, tendremos que valorar las diferentes soluciones pro
-
puestas para (re)conquistar esta autonomía individual y colectiva que hemos perdido ampliamente, o peor aún, delegada en
beneficio de unos actores económicos y políticos que quieren hacernos creer que sólo piensan en nuestros intereses y que
sus intenciones son benevolentes, honestas y legítimas.
Patrice Riemens
Ritimo - Soberanía tecnológica
Pág. 7
Desafortunadamente las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), y sus desarrollador-es -porque aún son en su
mayoría hombres- tienen la nefasta tendencia de trabajar aislados, sin tener en cuenta su dependencia con la multitud de rel
-
aciones humanas y recursos naturales que hacen el mundo y la sociedad. «
Debemos reinventar la red
» declaró Tim Pritlove,
animador del 30º Congreso del Chaos Computer Club, en su discurso de apertura
3
que tuvo lugar a finales de diciembre
de 2013. Para añadir ante una multitud de activistas y hackers entusiastas: “Y sois vosotros quienes podéis hacerlo”. Tiene
razón en los dos frentes, pero detenerse aquí también puede significar la creencia en una supremacía de los nerds
4
quienes
lo apostarían todo en soluciones puramente tecnológicas.
Ya no hay ninguna duda de que se ha vuelto esencial recomponer la red desde la base para que sirva a los intereses de lo
común y no solo los intereses de grupos exclusivos y opresores. Entonces, sí a la reinvención, pero no de cualquier mane
-
ra. Porque es necesario ir más allá de las soluciones del tipo technological fix (parches) que se limitan a atacar los efectos
y no las causas. Un enfoque dialéctico - y dialógico - es necesario para desarrollar en una base comunitaria y participativa,
las tecnologías que permiten a sus usuarias liberarse de su dependencia con los proveedores comerciales, y del seguimiento
policial generalizado por parte de los poderes estatales obnubilados por su deseo de vigilar y castigar. Pero entonces ¿en qué
consiste esta soberanía tecnológica deseada y qué esperamos construir
?
Una opción posible sería empezar nuestro planteamiento partiendo de la soberanía que actúa en nuestra propia esfera de
vida con respeto a los poderes que intentan dominarnos. Un principio de soberanía podría ser interpretada por ejemplo,
como el derecho a que nos dejen tranquilos
5
. Sin embargo, sabemos que este derecho siempre se ve pisoteado en el campo
de las (nuevas) tecnologías de la información y de la comunicación.
Este dossier intenta establecer una evaluación de la situación relativa a las iniciativas, a los métodos y a los medios no-pro
-
pietarios y preferiblemente autogestionados que pueden salvaguardar lo mejor posible, nuestra esfera de vida. Servidores
autónomos, redes descentralizadas, encriptación, enlace de pares, monedas alternativas virtuales, el compartir saberes, lug
-
ares de encuentro y trabajo cooperativo, se constituyen como un gran abanico de iniciativas ya en marcha hacia la soberanía
tecnológica. Se observa que la eficacia de estas alternativas depende en gran medida de sus práctica(s) y éstas deberían ser
atravezadas por las siguientes dimensiones
:
-
Temporalidad
. Tomarse el tiempo es esencial. Tenemos que liberarnos del siempre más, siempre más rápido: el canto
de las sirenas de la tecnología comercial. Es de esperar que las tecnologías soberanas sean más lentas y ofrezcan menos
prestaciones, pero esto no tiene por qué significar una pérdida de nuestro placer.
-
Nosotras
. Las tecnologías soberanas serán abiertas, participativas, igualitarias, comunitarias y cooperativas, o no serán.
Desarrollan mecanismos de gobierno horizontal a menudo involucrando a grupos muy variados. La separación, las jer
-
arquías (a menudo presentadas como meritocracia) y el individualismo egoísta las matan. La distinción entre expertas y
usuarias tiene que desdibujarse en la medida de lo posible.
-
Responsabilidad
. La realización de la soberanía exige mucho por parte de los que se afilian a ella. Desarrollando y desple
-
gando sus herramientas, cada miembro del colectivo tiene que tomar sus responsabilidades. Es necesario aplicar la famosa
norma ¿Quién hace qué
? ¿Dónde
?¿Cuándo? ¿Cómo
? ¿Cuánto
? Y ¿Por qué
?
6
, como la obligación de contestar adecuada
-
mente en todo momento a cada una de estas preguntas.
Ritimo - Soberanía tecnológica
Pág. 8
-
Una economía basada en el intercambio
. El principio de si “es gratuito, entonces tú eres el producto” caracteriza los
servicios regalados por los pesos pesados de Internet. Las iniciativas ciudadanas se ven, habitualmente, empujadas hacia
la economía de la donación, bajo la forma de voluntariados más o menos forzados. Habrá que encontrar entonces nuevos
modelos que remuneren, de forma honesta, a las trabajadoras de lo inmaterial haciendo pagar su precio justo a las usuarias.
-
Ecología y medioambiente
. Una tecnología de soberanía es, evidentemente, respetuosa con el medioambiente y ahor
-
radora de recursos poco o no renovables. Pocas personas se dan cuenta hasta qué punto la informática devora energía y
materias primas diversas, y de las condiciones, a menudo deplorables, en las que son extraídas o en las cuales se desarrolla
su fabricación.
Así entenderemos que existen numerosos limites con los que tienen que lidiar las tecnologías de soberanía y que no existe
un camino regio para llegar a ellas. E incluso si llegamos a esto, puede que no sea la utopía. Esto sin embargo, no es una
invitación a bajar los brazos, al contrario. La modestia y la lucidez junto con la reflexión mueven montañas. Sois vosotras,
queridas lectoras, quienes debéis empezar a mover las vuestras para definir vuestra propia contribución, e involucraros sin
ingenuidad, ni tampoco miedo. Y quién sabe, si después quizás con un entusiasmo indefectible y contagioso.
Patrice Riemens
Geógrafo, activista cultural, propagador del software libre, miembro del colectivo de hacker neerlandés Hippies from Hell.
NOTAS
1.
Como lo escribía recientemente el ensayista alemán Sascha Lobo «
Sólo hay dos tipos de personas en Alemania
: los que vieron que su vida
cambió con Internet, y los que no se dieron cuenta de que su vida cambió con Internet.
» (
http://bit.ly/1h1bDy1
)
2.
Lo que el filósofo francés Paul Virilio llama “el accidente integral”.
3.
https://tinyurl.com/n8fcsbb
4.
Http://es.wikipedia.org/wiki/Nerd
5.
En los
Estados Unidos, este concepto del right to be left alone, es concebido como el fundamento del derecho a la privacidad individual
(privacy) ver Warren & Brandeis, 1890. Fuente
:
http://en.wikipedia.org/wiki/The_Right_to_Privacy_%28article%29
. Pero cuidado, esta soberanía
en su propia esfera de vida, también teorizada casi al mismo tiempo en los Países Bajos por el político calvinista Abraham Kuyper, tuvo un feo pequeño
avatar
: el Apartheid sudafricano...
6.
Fuente:
http://fr.wikipedia.org/wiki/QQOQCCP

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**Introduzione**
===
---
***Alex Haché***
Mentre scrivo, l'elettricità che alimenta il mio computer Frankenstein, mille volte operato e resuscitato, si sta interrompendo e il piccolo SAI lancia dei fischi. Tutto questo contribuisce alla mia sensazione di vivere in una nave spaziale e mi ricorda di quanto possano risultare precarie le nostre infrastrutture. Come notava Eleanor Saitta[^1], è probabile che saranno esse stesse a portarci alla rovina, o addirittura a ucciderci.
La mancanza di pianificazione e di resilienza sono causate da una manutenzione sempre più precaria delle infrastrutture “pubbliche”. Giochi politici decisi da persone le cui vite risultano molto più corte di quelle delle infrastrutture che gestiscono. Pressioni e traffici di influenze per essere rieletti e cariche date sulla fiducia. Corruzione sistematica. La distanza delle istituzioni dalla cittadinanza, il pubblico privatizzato, i beni comuni vandalizzati e saccheggiati. Intanto le infrastrutture tecnologiche, sociali e politiche sulle quali si mantengono i nostri stili di vita sono sempre più complesse. Forse proprio per queste ragioni, chi gestisce la cibernetica del controllo di queste infrastrutture sembra incapace di comprenderne il funzionamento e capire quando si romperanno le dighe di New Orleans, la rete elettrica cadrà in black-out epici, le centrali nucleari saranno infettate per colpa di Stuxnet[^2], o il sistema finanziario globale collasserà rovinosamente.
Nella mia comunità, il mio posto in questo mondo in cambiamento, le cose saltano per aria ogni due per tre. A volte lelettricità smette di fare luce, il progetto di gestione integrale dellacqua si blocca, il fattore umano gioca a demolire la nostra tanto agognata stabilità. Ci sono grandi somiglianze tra quello che cerchiamo di conseguire in maniera autogestita con le nostre infrastrutture di base (acqua, elettricità, bagni, cucina e internet) e quello che succede in molti altri luoghi semi-urbanizzati in questo gigante “planet of slums”[^3] in cui si sta trasformando il pianeta. Oscilliamo tra il consumo ridicolo e insostenibile di risorse naturali e tecnologiche e la costruzione di una società basata sulla decrescita, i beni comuni e la giustizia sociale. Un cambiamento che va affrontato con molte sfide ogni volta: sviluppare e mantenere le infrastrutture, dotare le istituzioni del bene comune della sostenibilità, ripensare le norme sociali e come le mettiamo insieme tra di noi.
Forse questo dossier non darà soluzioni a temi cosí ampi, ma suggerisce modi alternativi di intendere le questioni tecnologiche. Fa parte della ricostruzione delle cose a nostro modo, dato che, come osservava Gibson, “la strada trova sempre i propri usi delle cose”[^4]. La sovranità tecnologica ci fa tornare al contributo che ognuna di noi dà allo sviluppo delle tecnologie, riscattando i nostri immaginari radicali, recuperando la nostra storia e memoria collettiva, ri-situandoci per poter sognare e desiderare insieme la costruzione, qui e ora, delle [CORSIVO nostre] infrastrutture di informazione, comunicazione ed espressione.
**NOTE**
[^1]: Conferenza al 27c3 “Your infrastructure will kill you”, https://www.youtube.com/watch?v=G-qU6_Q_Gcc, e intervita Lelacoders (disponibile in inglese: https://vimeo.com/66504687)
[^2]: https://es.wikipedia.org/wiki/Stuxnet
[^3]: Mike Davis, Planet of Slums, 2007
[^4]: Burning Chrome: http://en.wikipedia.org/wiki/Burning_Chrome, di William Gibson

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**Prefazione**
===
**La sovranità tecnologica, una necessità, una sfida.**
---
***Patrice Riemens***
Tutte ormai abbiamo capito, dopo “Snowden” e le sue rivelazioni, che il nostro caro “cyberspazio” non è in mano alle sue utenti. E questo, sfortunatamente, da molto tempo, al punto che oggi si tratta di una zona molto vigilata e rischiosa. Lutente, apparentemente libera nei suoi movimenti e dotata di innumerevoli facilitazioni -spesso fornite “gratuitamente”- si è convertita di fatto in un soggetto prigioniero che è, allo stesso tempo, ostaggio, cavia da laboratorio e sospetto.
Il dominio su Internet dei poteri statali o commerciali, o, molto spesso, una combinazione dei due, sembra totale, ed effettivamente lo è dove i vettori e le piattaforme sono “proprietarie”, cioè quando sono in possesso di certi attori che possono mettere in prima linea i propri interessi, frequentemente a costo degli interessi delle loro utenti. Mentre limpatto che Internet ha sulle nostre vite si fa sempre più forte[^1], una presa di coscienza a proposito del come e, soprattutto, del per chi funziona, è sempre più urgente.
Fortunatamente, questa presa di coscienza esiste ed è iniziata molto prima della diffusione di Internet. Tuttavia, i suoi effetti rimangono limitati, perché per ora interessano solo un numero relativamente ristretto di persone e gruppi; e anche perché si scontrano con forti offensive da parte di alcuni dei poteri stabiliti più potenti. Suo portabandiera è il software libero, e i suoi numerosi derivati. Non solo come tecnica, ma anche soprattutto per lideale che rappresenta: presa di coscienza, presa con le proprie mani -autonomia e sovranità. Perché attenzione, non tutto è tecnologia e la tecnologia non è tutto.
È necessario percepire la sovranità tecnologica in un contesto più esteso della tecnologia informatica, o più inclusivo rispetto la sola tecnologia informatica. Ignorare la congiuntura di crisi ambientali, politiche, economiche e sociali intersecate luna nellaltra[^2], o cercare di risolverle in forma isolata o nella loro sola congiunzione tecnologica sono opzioni ugualmente perverse. Sembra ormai cristallino che la sola sovranità tecnologica non cambierà il nostro inesorabile cammino… contro un muro.
È impossibile continuare con la via della crescita su tutti i livelli, così come è stata seguita fino a ora. Una fermata in situ è necessaria, forse anche una decrescita volontaria. In ogni caso succederà lo stesso, e in condizioni sicuramente meno piacevoli. Inoltre, da questa prospettiva, dovremmo considerare le differenti soluzioni proposte per (ri)conquistare questa autonomia individuale e collettiva che abbiamo perso ampliamente o, ancora peggio, delegata a beneficio di attori economici e politici che vogliono farci credere che pensano solo ai nostri interessi e che le loro intenzioni sono benevole, oneste e legittime.
Sfortunatamente le Tecnologie di Informazione e Comunicazione (TIC) e i suoi sviluppatori -perché sono ancora per la maggioranza uomini- hanno la tendenza a lavorare isolati, senza tenere conto della loro dipendenza con la moltitudine di relazioni umane e risorse naturali che compongono il mondo e la società. “Dobbiamo reinventare la rete”, ha dichiarato Tim Pritlove, animatore del trentesimo Congresso del Chaos Computer Club, nel suo discorso di apertura[^3] nel 2013. Per aggiungere davanti a una moltitudine di attivisti e hacker entusiasti: “e siete voi coloro che possono farlo”. Ha ragione su due fronti, ma soffermarsi qui potrebbe anche significare la credenza in una “supremazia dei nerd”[^4] che metteranno tutto a posto tramite soluzioni puramente tecnologiche.
Non cè alcun dubbio sul fatto che sia diventato essenziale ricomporre la rete dalla base affinché serva agli interessi comuni, e non solo agli interessi di gruppi esclusivi e oppressori. Quindi, sì al reinventarsi, ma non a prescindere. Perché è necessario andare più in là di soluzioni del tipo “technological fix” (“pezze tenologiche”) che si limitano ad attaccare gli effetti senza toccare le cause. Un approccio dialettico -e dialogico- è necessario per sviluppare una base comunitaria e partecipativa, le tecnologie che permettono alle sue utilizzatrici di liberarsi dalla loro dipendenza dai provider commerciali, e dal monitoraggio poliziesco generalizzato da parte dei poteri statali obnubilati dal loro desiderio di vigilare e castigare. Ma quindi, in cosa consiste questa sovranità tecnologica desiderata e che vogliamo costruire?
Unopzione è quella di iniziare il nostro approccio partendo dalla sovranità che si manifesta nella nostra sfera di vita personale, in rispetto ai poteri che provano a dominarci. Un principio di sovranità potrebbe essere interpretato per esempio come “il diritto a essere lasciate tranquille”[^5]. Senza dubbio, sappiamo che questo diritto si vede sempre calpestato nel campo delle (“nuove”) tecnologie dinformazione e di comunicazione.
Questo dossier prova a stabilire una valutazione della situazione relativa alle iniziative, ai metodi e ai mezzi non-proprietari e preferibilmente autogestiti che possono salvaguardare al meglio la nostra “sfera di vita”. Server autonomi, reti decentralizzate, crittografia, peer to peer, monete alternative virtuali, la condivisione del sapere, luoghi di incontro e lavoro cooperativo, si costituiscono come un gran ventaglio di iniziative già in marcia verso la sovranità tecnologica. Si osserva che lefficacia di queste alternative dipende in gran misura dalla loro pratica (e pratiche) e queste dovrebbero essere attraversate dalle seguenti dimensioni:
**Temporalità**
“Prendersi il tempo” è essenziale. Dobbiamo liberarci del sempre di più, sempre più rapido: il canto delle sirene della tecnologia commerciale. Accettare che le tecnologie “sovrane” siano più lente e offrano meno prestazioni, ma non per questo ci sará una perdita del nostro piacere.
**Nostre**
Le tecnologie “sovrane” dovranno essere aperte, partecipative, egualitarie, comunitarie e cooperative, o non saranno.
Sviluppare meccanismi di governo orizzontale coinvolgendo spesso gruppi molto differenti. La separazione, le gerarchie (spesso presentate come “meritocrazia”) e lindividualismo egoista le uccidono. La distinzione tra “esperte” e “utenti” deve sparire nella misura del possibile.
**Responsabilità**
La realizzazione della sovranità esige molto da parte di coloro che si affiliano ad essa. Sviluppando e dispiegando i suoi strumenti, ogni membro del collettivo deve prendere le sue responsabilità. È necessario applicare la famosa norma:
“Chi fa cosa? Dove? Quando? Come? Quanto? E Perché?” con lobbligo di rispondere in ogni momento a tutte queste domande.
**Uneconomia basata sullo scambio**
Il principio del “se è gratuito, allora tu sei il prodotto” caratterizza i servizi “regalati” dai pesi massimi di Internet. Le iniziative cittadine si vedono, abitualmente, spinte verso “leconomia del dono”, sotto forme di volontariato più o meno forzate. Bisognerà incontrare quindi nuovi modelli che remunerino, in maniera onesta, le “lavoratrici dellimmateriale” facendo pagare il giusto prezzo alle utenti.
**Ecologia e ambiente**
Una tecnologia di sovranità è, evidentemente, rispettosa dellambiente e parca con le risorse poco sostenibili e non rinnovabili. Poche persone si accorgono di quanto linformatica divori energia e materie prime diverse, e le condizioni, spesso deplorevoli, in cui queste ultime sono estratte o in cui vengono assemblate.
Seguendo questo percorso capiremo che esistono numerosi limiti contro i quali le tecnologie sovrane devono combattere, e che non esiste un cammino dorato per arrivare ad esse. E anche se ci arrivassimo, potrebbe non essere lutopia. Questo, senza dubbio, non è un invito ad abbassare le braccia: al contrario. La modestia e la lucidità, unite alla riflessione, muovono montagne. Siete voi, care lettrici, che dovete iniziare a muovere le vostre per definire il vostro contributo ed essere coinvolte senza ingenuità e senza paura. E chi può dirlo, se sarà con un entusiasmo indistruttibile e contagioso.
---
**Patrice Riemens**
Geografo, attivista culturale, diffusore del software libero, membro del collettivo di hacker olandesi “Hippies from Hell”.
---
**NOTE**
[^1]: Come scriveva recentemente il saggista tedesco Sascha Lbo “ci sono solo due persone in germania: quelli che hanno visto la loro vita cambiare con Internet e quelli che non si sono accorti che la loro vita è cambiata con Internet”. (http://bit.ly/1h1bDy1)
[^2]: Quello che il filosofo francese Paul Virilio chiama “lincidente integrale”
[^3]: https://tinyurl.com/n8fcsbb
[^4]: http://es.wikipedia.org/wiki/Nerd
[^5]: Negli Stati Uniti, questo concetto del “diritto a essere lasciati da soli” è concepito come il fondamento del diritto alla privacy individuale (ver Warren & Brandeis, 1890). Fonte: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Right_to_Privacy_%28article%29. Ma attenzione, questa sovranità nella propria sfera di vita, teorizzata quasi nello stesso momento anche nei Paesi Bassi dal politico Abraham Kuyper, ha avuto anche un brutto piccolo avatar: lApartheid sudafricano...
[^6]: Fonte: http://fr.wikipedia.org/wiki/QQOQCCP

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@ -1,115 +0,0 @@
**Sovranità Tecnologica**
===
---
***Alex Haché***
Mi sono avvicinata al tema della Sovranità Tecnologica a partire da una intervista con Margarita Padilla che ribaltò la mia concezione della tecnopolitica e delle motivazioni e delle aspirazioni dietro il suo sviluppo. Questo testo definisce ciò che intendo come ST, descrive alcuni punti comuni delle iniziative che contribuiscono al suo sviluppo e riflette sulla sua importanza, sempre più centrale nella battaglia che si sta combattendo contro la mercificazione, la vigilanza globale e la banalizzazione delle infrastrutture di comunicazione. Presenta anche alcuni limiti e sfide che queste alternative devono affrontare per la loro natura e i loro obiettivi tecnopolitici particolari.
Un primo elemento della problematica delineata dalla ST è la carenza di tecnologia libera. Come segnala Padilla: *"i progetti alternativi che sviluppiamo hanno bisogno di contributi, e c'è un divario perché allo stato attuale non abbiamo risorse libere per tutti gli esseri umani che usano mezzi telematici. Non ci sono mezzi liberi disponibili e in questo campo abbiamo perso la sovranità, totalmente. Stiamo usando strumenti 2.0 come se fossero Dio, come se fossero eterni, e non è così perché stanno in mano di imprese e queste, nel bene e nel male, possono cadere”*.[^1]
Ci domandiamo come puó essere possibile che nelle questioni relative agli strumenti che usiamo in forma sempre più onnipresente deleghiamo con tanta facilità la nostra identità elettronica, e il suo impatto nella nostra vita quotidiana, a imprese multinazionali, multimilionarie, incubi kafkiani: *"Non siamo capaci perché non diamo valore. In ambito alimentare succederebbe altrettanto, però li i gruppi di autoconsumo si autoorganizzano per avere i propri fornitori direttamente. Ma quindi: **perché la gente non si auto-organizza i propri fornitori tecnologici, comprando direttamente il supporto tecnologico di cui ha bisogno nella propria vita, come succede per le carote?”.**
Per le persone il cui attivismo si radica nello sviluppo di tecnologia libera risulta (spesso) importante riuscire a convincere i propri amici, familiari, colleghi di lavoro, come i propri collettivi di appartenenza, dell'importanza di dare valore alle alternative libere.
Oltre il carattere altruista delle proprie azioni, devono anche ideare modi inclusivi, pedagogici e innovatori per convincere. Per esempio, nella precedente domanda sul valore che diamo a chi produce e mantiene la tecnologia di cui abbiamo bisogno, risulta molto utile l'analogia tra la ST e la sovranità alimentare.
La sovranità alimentare è un concetto introdotto nel 1996 da Via Campesina[^2] per il Vertice Mondiale dell'Alimentazione indetto dall'Organizzazione per l'Alimentazione e l'Agricoltura (FAO). Una formulazione posteriore (Mali, 2007) la definisce in questo modo:
*"La sovranità alimentare è il diritto dei popoli ad alimenti nutritivi e culturalmente adeguati, accessibili, prodotti in forma sostenibile ed ecologica, ed è anche il diritto di poter decidere il proprio sistema alimentare e produttivo. Questo pone coloro che producono, distribuiscono e consumano alimenti nel cuore dei sistemi e delle politiche alimentari e al di sopra delle esigenze dei mercati e delle imprese. La sovranitá alimentare difende gli interessi e lintegrazione delle generazioni future. Ci offre una strategia per resistere e smantellare il commercio neoliberale e il regime alimentare attuale. Offre degli orientamenti affinché i sistemi alimentari, agricoli, di pastori e di pesca siano gestiti dai produttori locali. La sovranità alimentare dà priorità alleconomia e ai mercati locali e nazionali, attribuendo il potere ai contadini, allagricoltura familiare, alla pesca e lallevamento tradizionali e colloca produzione, distribuzione e consumo di alimenti, sulla base di una sostenibilità ambientale, sociale ed economica. La sovranità alimentare promuove un commercio trasparente che possa garantire un reddito dignitoso per tutti i popoli e il diritto per i consumatori di controllare la propria alimentazione e nutrizione. Essa garantisce che i diritti di accesso e gestione delle nostre terre, dei nostri territori, della nostra acqua, delle nostre sementi, del nostro bestiame e della biodiversità, siano nelle mani di coloro che producono gli alimenti. La sovranità alimentare implica delle nuove relazioni sociali libere da oppressioni e disuguaglianze fra uomini e donne, popoli, razze, classi sociali e generazioni."*[^3]
Partendo da questa prospettiva, risulta più facile rendere comprensibile la nozione di Sovranità Tecnologica. Si potrebbe quasi prendere questa dichiarazione e cambiare "alimentare" per "tecnologica" e "agricoltori e contadini" per " sviluppatori di tecnologie". Quindi, se l'idea si può raccontare, significa che si può calare nell'immaginario sociale producendo un effetto radicale e trasformatore. Un altro punto di partenza per pensare la ST si trova nel domandarci: che facoltà e voglia ci rimangono per sognare le nostre proprie tecnologie? E perché ci siamo dimenticati il ruolo fondamentale della società civile nel disegno di alcune delle tecnologie più importanti della nostra storia recente?
Definiamo la società civile come l'insieme di cittadini e collettivi le cui azioni individuali e collettive non sono motivate come prima cosa dall'animo di lucro, ma che invece vogliono coprire desideri e necessità incoraggiando allo stesso tempo una trasformazione sociale e politica. Bisogna sottolineare che la società civile e le tecnologie per l'informazione e la comunicazione (ITC) formano un duo dinamico. Per poter arrestare certe contingenze proprie dei movimenti sociali come il paradosso dell'azione collettiva[^4], le strutture di opportunità politica sfavorevoli o la scarsa mobilitazione di fondi, la società civile sempre ha sviluppato usi tattici delle ITC e dei mezzi di comunicazione e di espressione in generale. Per esempio: fare campagne per visibilizzare lotte, azioni, alternative; raccogliere fondi e sviluppare meccanismi per coinvolgere volontari e partecipanti (ampliare la forza e la base sociale); documentare processi per generare memoria collettiva; facilitare il passaggio di conoscenze e aiutare nel permettere l'accesso di tutte all'informazione; migliorare l'amministrazione e l'organizzazione interna dei collettivi; stabilire canali di interazione, incoraggiando trasparenza e interazioni con istituzioni e altri agenti; provvedere servizi e soluzioni a usuarie finali, etc. Questi usi e sviluppi tattici delle tecnologia a volte si sovrappongono con dinamiche di innovazione sociale e intelligenza collettiva come possono essere le cooperative, le biblioteche pubbliche, i microredditi o i sistemi alternativi di scambio di mezzi.
Detto ciò, la società non si è mai limitata all'uso passivo di strumenti tecnologici sviluppati da altri, cioè, uomini bianchi, ricchi e a volte sociopatici chiamati Bill Gates, Steve Jobs o Marc Zuckergerb; ma ha sempre contribuito al disegno dei propri strumenti, promuovendo così la propria ST: le radio e televisioni comunitarie, il lancio in orbita del primo satellite non militare, il primo portale di pubblicazione aperta e anonima, la liberazione della crittografia, l'invenzione del software e delle licenze libere.
Ciò nonostante, tutto quello che facciamo oggi nel cyberspazio, con un cellulare o una carta di credito, con sempre più frequenza e persuasione, conforma la nostra identità elettronica e sociale. Questa quantità infinita di dati è il nostro grafico sociale la cui analisi rileva quasi tutto su di noi e sulle persone con cui interagiamo. Però non si sa ancora quanto ci manca per renderci conto dell'importanza di poter contare sui nostri fornitori di tecnologia libera: abbiamo bisogno di un'ecatombe tecnologica come la chiusura di Google e di tutti i suoi servizi? O sapere che Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, YouTube, AOL, Skype e Apple sono in combutta con il Servizio Nazionale di Sicurezza americano per spiarci -il programma PRISM- è sufficiente per cambiare di abitudini? Quasi più preoccupanti risultarono le voci che si alzarono dopo la primavera araba chiedendo che Facebook e Twitter si considerassero "diritti umani", mobilizzando click-attiviste che finirono dimenticandosi quello che chiedevano dopo qualche ora. I centri commerciali di Internet non possono trasformarsi in spazi pubblici, ne istituzioni del comune, già che la loro natura, architettura e ideologia non sono democratiche. Per fortuna, Facebook non sarà un diritto umano universale.
Per contrastare queste dinamiche abbiamo bisogno di una moltitudine di iniziative, imprese, cooperative e collettivi informali che forniscano le tecnologie che ci mancano e il cui disegno ci garantisca che sono libere, sicure (che non permettano che ci spiano) e che non sono li per favorire la nostra individuazione o limitare le nostre libertà, ma per garantire i nostri diritti in ambito di espressione, cooperazione, privacy e anonimato. Se vogliamo che le tecnologie incorporino queste garanzie, dovremmo costruirle e/o dargli valore, contribuendo al loro sviluppo. Come scriveva il collettivo hacktivista Autistici/Inventati: *"Libertà e diritti? Tocca sudarli. Anche in rete"*.[^5]
**404 not found - Scusate il disagio, stiamo creando mondi!**
La ST tratta di tecnologie sviluppate da e per la società civile, e le iniziative che la formano tentano di creare alternative alle tecnologie commerciali e/o militari. Le loro azioni provano ad aderire agli imperativi di responsabilità sociale, trasparenza e interattività, rinforzando così la fiducia che ci possiamo riporre. Si basano su software, hardware o licenze libere perché lo usano o lo sviluppano (e molte volte queste dinamiche coincidono), però le loro caratteristiche vanno più in la di questo contributo. In altre parole, essere parte del mondo libero e/o aperto non ti qualifica automaticamente per essere parte dell'ambito della ST.
Partendo da un posizionamento critico sulle tecnologie, queste iniziative studiano anche come ci relazioniamo, interagiamo e consumiamo le Tecnologie di Informazione e Comunicazione (ICT). Si cerca di capire come si possono affrontare i costi ecologici e sociali che si hanno nei suoi centri di produzione, e come distruggere l'obsolescenza programmata e allargare il più possibile la vita utile e l'efficienza di qualunque tecnologia, prodotto o servizio. E, in qualche modo, cerca di fare fronte al **feticismo tecnologico**, definito dal collettivo Wu Ming come questi discorsi e pratiche:
*“ogni giorno si pone laccento solo sulle pratiche liberanti che agiscono la rete, descrivendole come la regola, e implicitamente si derubricano come eccezioni le pratiche assoggettanti: la rete usata per sfruttare e sottopagare il lavoro intellettuale; per controllare e imprigionare le persone (si veda quanto accaduto dopo i riots londinesi); per imporre nuovi idoli e feticci alimentando nuovi conformismi; per veicolare lideologia dominante; per gli scambi del finanzcapitalismo che ci sta distruggendo. Forse cornuti e mazziati lo siamo comunque, ma almeno non “cornuti, mazziati e contenti”. Il danno resta, ma almeno non la beffa di crederci liberi in ambiti dove siamo sfruttati."*[^7]
Questa critica al feticismo tecnologico è stata messa in rilievo anche da collettivi come Ippolita[^8], Planéte Laboratoire[^9], Bureau detudes[^10], Tiqqun[^11] e anche da collettivi hacktivisti che mantengono degli strumenti liberi. Tutti partecipano nello sforzo di ripensare le ontologie e i paradigmi ereditati dalla cibernetica, mettendo in rilievo che i contesti, le motivazioni e i mezzi usati per lo sviluppo di tecnologie importano e determinano il loro impatto sociale, economico e politico. Se la relazione di causalità può essere difficile da provare, non importa tanto come capire che non esistono tecnologie neutre. Tutte sono dichiarazioni di intenti e producono varie conseguenze. Quante e quali vogliamo sopportare, scegliere, soffrire o rifiutare continua ad essere una decisione sotto la nostra responsabilità come esseri comunicativi.
Pensare la ST è anche investigare sotto che tipo di processi sociali appaiono varie tecnologie e come certi tipi di tecnologie alimentano l'autonomia. Le tecnologie di ogni giorno con i loro processi per risolvere i problemi quotidiani o i dispositivi più complessi che richiedono disegno e mantenimento per compiere i loro obiettivi. Tecnologie polivalenti che servono a funzioni diverse, tecnologie digitale venute dal cyberspazio, però anche tecnologie di genere e della soggettività. Possiamo anche definirle o ridurle ad alcuni dei loro aspetti come quanto risultano "usabili" o quanta implicazione e attenzione richiedono per poter continuare funzionando. Ognuna di noi è esperta della propria relazione con le tecnologie, perciò tutte possiamo giocare ad analizzarla per reinventarle.
**La tecnopolitica della ST**
Lo stesso sviluppo di iniziative di ST alimenta la trasformazione sociale attraverso la presa di potere delle sue partecipanti. Sia grazie a metodologie di sviluppo partecipativo che uniscono al "do it yourself" al "do it with others", o modelli che puntano sul cooperativismo, baratto, intercambio p2p e altre espressioni di economia sociale. Come sottolinea Padilla nel suo testo *“¿Qué piensa el mercado?”*[^12] l'importanza della ST radica anche nei cicli virtuosi che si generano quando si scommette su queste forme di produzione, di lavoro, di ridistribuzione dei beni. Non si tratta unicamente di iniziative, imprese o cooperative che cercano il loro modello commerciale, ma di forme di sperimentazione che cercano di diventare sostenibili e al tempo stesso inventare nuovi mondi.
Fino ad ora ci siamo riferite a queste iniziative di forma astratta, cercando punti in comune che le differenziassero da altri progetti simili.[^13] Un altro aspetto importante che differenzia queste alternative è radicato nel tipo di tecnopolitica che contengono. Questa si compone di elementi ideologici, norme sociali e relazioni personali. Fare tecnopolitica implica incrociare tecnologie e attivismo e tentare di mettere in comune il meglio dei beni disponibili (materiali, conoscenza, esperienze) con gli obiettivi e le pratiche politiche. Si possono dare adattamenti più o meno solidi tra quello che si raggiunge ad ogni livello. A volte, gli obiettivi politici sono molto desiderabili, pero la gente non sintonizza, o lo fa di ma non riesce a mettere in comune i mezzi di cui ha bisogno per portare a termine l'azione. Però a volte tutto funziona e si da questa miscela perfetta tra buone idee e pratiche politiche, tra un sciame di nodi-idee e una mobilitazione di mezzi efficace. La tecnopolitica è una ricerca *ad perpetum* di questi adattamenti tra le persone, i mezzi, la politica.
Una tavola rotonda fatta nel 2012 ad Amsterdam per l'evento Unlike Us[^14] trattava dei problemi che le reti libere decentralizzate affrontavano e segnalava che le iniziative di ST condividevano tra loro alcuni bugs[^15] ridondanti. Circostanze che si ripetono e diminuiscono la loro sostenibilità, resilienza o scalabilità. Varie delle problematiche esposte hanno a che vedere anche con il fatto di essere collettivi di trasformazione sociale e politica con la loro propria logica e praxis politiche.
Dentro le molte iniziative di ST esiste per esempio una chiara enfasi nel mettere in pratica l'etica hacker. Ci riferiamo qui ad una sfiducia nelle istanze di potere e le gerarchie, in aggiunta all'attitudine di mettersi mano all'opera, al desiderio di condividere, al cercare più apertura, decentralizzazione e libertà per migliorare il mondo. Un elemento politico ulteriore si basa nello sforzo di migliorare quello che già esiste (per esempio, codice, documentazione, investigazione). Nonostante ciò, e per motivi diversi, come la mancanza di repository e i linguaggi semantici che rendono difficili incontrare quello che si cerca, molti progetti di tecnologia libera scelgono di partire da zero. In questa reinvenzione costante della ruota entrano in gioco anche gli ego personali e la credenza che uno lo farà meglio di tutte le altre. Per questo, c'è bisogno di strumenti e metodologie migliori, cosi' come una maggiore presa di coscienza collettiva della necessità di dedicare tempo alla ricerca e alla documentazione di quello che si sta facendo, per poter mettere in comune e favorire la collaborazione collettiva. D'altra parte, molte iniziative di ST nascono da collettivi informali e ridotti. Sia perché richiede certe conoscenze tecniche, e voglia di apprendere di temi che non risultano tanto stimati per la gran parte della cittadinanza, sia perché i margini tra dentro e fuori e il consumo/uso passivo/attivo possono risultare abbastanza sfocati. L'informalità e la sperimentazione non sono ne buone ne cattive, sono maniere di unirsi per compiere azioni collettive. Però bisogna essere coscienti che per il fatto di adottare metodi di decisione per consenso e tendere all'orizzontalità, un collettivo non rompe completamente con le relazioni di potere e privilegi. Qualsiasi collettivo li affronta con livelli di intensità variabili nel tempo. La pensatrice femminista Jo Freeman teorizzò su questa "tirannia della mancanza di strutture" spiegando che questo apparente vuoto viene spesso mascherato *"da una lidership informale, non riconosciuta e inspiegabile che è tanto più pericolosa in quanto si è negata la sua stessa esistenza"*.[^16] Risulta importante prendere coscienza dei ruoli e dei compiti che sono stati eseguiti dai partecipanti del progetto, e vedere come questi si autoresponsabilizzano. Il termine tecnopolitica segnala la necessita' di un equilibrio tra la conoscenza sociale e politica, di programmazione, amministrazione, divulgazione e creazione di sinergie N-1[^17].Un collettivo tecnopolitico che da valore al lavoro e ai contributi di tutte le parti, e che è cosciente delle relazioni di potere che lo attraversano, ha, potenzialmente, più capacità di durare.
Vari progetti relazionati con l'Internet libero e la sua ridecentralizzazione, spesso si mostrano affini con i principi della teoria anarchica come l'autogestione, l'assemblearismo, l'autonomia, ma anche la creazione di cerchie di fiducia e la federazione delle competenze. Murray Bookchin nel suo libro "Social Anarchism or Lifestyle Anarchism: An Unbridgeable Chasm" sottolinea due grandi "scuole":*"l'anarchia -un corpo estremamente universale di idee antiautoritarie- si sviluppò nella tensione tra due tendenze fondamentalmente opposte: un compromesso personale con l'autonomia individuale e un compromesso collettivo con la libertà sociale. Queste tendenze non si armonizzarono mai nella storia del pensiero libertario. Difatti, per molti uomini del secolo scorso, semplicemente coesistevano dentro l'anarchia come un pensiero minimalista di opposizione allo Stato, invece che un pensiero massimalista che articolava il tipo di nuova società che avrebbe dovuto essere creata al suo posto".*[^18]
Per quanto riguarda l'applicazione di principi anarchici dentro a progetti tecnopolitici ci può essere, per un lato, la tendenza nel pensare che la libertà individuale di ciascuna è più importante che tutto il resto, che ciascuna dovrebbe fare solo quello che vuole lasciando che il collettivo segui uno sviluppo organico. D'altro lato, le anarchiche di orientamento sociale [ndt. si intende la corrente anarchica sociale] pensano che la libertà individuale si raggiunge solo se siamo tutte più libere, e cerca la creazione di comunità (fisiche o cyber) dove si pensi e si auto organizzi lo sforzo tra tutte per raggiungere questa autonomia e la libertà aggiunta. Questo secondo modello richiede stabilire canali per l'auto organizzazione e riconoscere che se nessuna ha voglia di pulire il bagno bisognerà trovare un modo di farlo tra tutte.
**La biopolitica de la ST**
I progetti di ST sono composti da persone che formano comunità complesse. Gran parte del lavoro si sviluppa a distanza. Sia perché si tratta lavoro volontario realizzato da dove a ciascuna risulta più comodo -per nomadismo e il non avere o volere uno spazio fisico definito- o semplicemente perché si tratta di progetti che operano per e da Internet. Considerando tutto ciò, bisogna saper usare adeguatamente i canali di comunicazioni eletti dal collettivo perché si diano livelli minimi di interattività, partecipazione, apertura, documentazione della conoscenza generata.
La cooperazione, che sia a distanza o dal vivo, è intrisa di rumore e fraintendimenti. È richiesta abbastanza net-etiquette, autodisciplina e capacita' per applicare tra tutte una linea conduttrice semplice ma spesso irraggiungibile: "fare quello che si dice e dire quello che si fa". Questo significa da un lato imparare a gestire le energie e allo stesso tempo essere coscienti delle proprie motivazioni, voglia di imparare ma anche dei propri limiti. Molte volte, alcune persone vogliono prendere troppo e non danno abbastanza. La situazione può peggiorare se in più queste ultime non informano che non possono fare qualcosa, impedendo così al collettivo di ideare un'altra soluzione. A volte risulta più confortevole l'eccesso di informazione, un bazar di idee, che non la mancata accessibilità e il ricadere nel modello della cattedrale.[^19]
D'altro canto, si può anche finire assegnando ad una persona un insieme di compiti che le vengono bene, ma che non le piace particolarmente fare. L'esempio tipico è la ricerca di sovvenzioni, le scartoffie amministrative o il mantenere relazioni pubbliche. È importante che il collettivo sia cosciente di quello che a ciascuna piace fare, quello che è disposta a fare per la causa e identificare i compiti pesanti che nessuno vuole fare ma che sono necessari per il sostentamento del progetto. In questo modo si possono tenere in conto i compiti spesso “invisibilizzati” per mancanza di glamour o interesse.
Se il lavoro volontario significa passione, autonomia e indipendenza significa anche precarietà. Può essere esterna e imposta per la società capitalista patriarcale, ma può anche essere nostra responsabilità, auto-precarizzazione. Entrambe producono persone bruciate dall'attivismo e dall'azione politica, quindi è importante saper cogliere questi fenomeni e aiutare a regolarli in maniera collettiva. Anche se a volte come attiviste partiamo da un consenso minimo rispetto ai nostri obiettivi politici e come raggiungerli, può costare di più assumere livelli di cura minimi, che includono sentire empatia per le circostanze particolari di ognuna (godere di buona salute, confort, buona connessione con l'esterno, amore?). I criteri del benessere possono essere diversi e non possiamo saperli tutti, però dobbiamo essere coscienti che questi danno forma, spingono o annullano la capacità trasformatrice della nostra iniziativa. Bisogna essere attivista per il bene comune, pero senza trascurare il bene proprio. Per non tornare a cadere nel paradigma della efficienza, dell'eccellenza e del sacrificio all'etica del lavoro, la somma dei nostri gradi di felicità è senza dubbio un indicatore del nostro potenziale rivoluzionario.
Dentro queste comunità complesse, la membrana che separa le partecipanti promotrici dalle utenti passive e molte volte sottile e casuale. Come hanno ben stabilito i meccanismi di partecipazione nella cultura libera, ognuna può passare da essere una semplice utente che consuma una risorsa, a partecipare alla sua autogestione e sostenibilità. Puoi leggere Wikipedia o puoi leggerla ed editarla contribuendo a rendere la sua base di contributrici più ricca culturalmente e socialmente. Ovviamente esistono vari gradi di contribuzione possibile, da controllare la qualità dei nuovi inserimenti, realizzare una donazione economica, fino a modificare le nuove voci. Ogni progetto di ST fa riferimento ai suoi canali di partecipazione che non sempre sono semplici da incontrare.
Molte iniziative di ST iniziano grazie alla motivazione di un gruppo di persone nel creare una risorsa che copri alcune necessità[^20], però in qualche momento del loro sviluppo possono crescere e arrivare a più persone. Anche se gli obiettivi politici e i benefici sociali sono molto chiari, il processo per riuscire a raggiungere più persone continua ad essere una sfida per ogni collettivo. Per questo hanno bisogno di considerare come ampliare la loro base sociale e facilitare che questa contribuisca alla loro autogestione. A volte, per stabilire relazioni con la base di appoggio bisogna fare un lavoro di diffusione, preparare incontri, organizzare seminari e incoraggiare dinamiche di formazione e apprendimento mutuo. Creando canali di interazione (mail, mailinglist, chat, archivi) bisogna assicurarsi che si potranno mantenere in maniera adeguata visto che rispondere a domande, generare documentazione e guidare le nuove partecipanti richiede tempo ed energia.
Ogni collettivo deve anche decidere quali sono i suoi spazi e modi legittimi di presa di decisioni e chi può partecipare. Come un collettivo è aperto alla partecipazione di nuovi partecipanti e come è trasparente nelle sue decisioni, sono domande chiavi che solitamente sono fonti permanente di dibattiti e negoziazioni. I meccanismi possono prendere mille forme, però l'importante è che siano formalizzati in qualche luogo così che ognuna possa definire e decidere il suo grado di partecipazione, così come proporre cambi concreti nella forma di organizzazione.
Infine, vogliamo puntualizzare alcuni elementi che sembrano mancare dentro le comunità che lavorano per la ST. Abbiamo mostrato come parte di queste sono informali, mobili, in trasformazione permanente. La loro natura solitamente le posiziona sotto i radar delle istituzioni, nel bene e nel male. Nel bene perché la natura sperimentale e l'inventiva delle iniziative di ST possono portarle a muoversi nei terreni della alegalità, forzando la legge della classe dirigente ad adattarsi, e anche perché permette un livello di indipendenza in relazione all'agenda segnata dalle istituzioni pubbliche in materia di cultura, investigazione e sviluppo. Nel male perché complica un accesso strategico a fondi pubblici che potrebbero rafforzare la ST da e per la società civile.
D'altra parte, molti di questi collettivi non sono preparati per lottare contro le domande sottostanti alla giusta distribuzione di donazioni e sovvenzioni. Ripensare la natura economica della nostra produzione fino ad ora volontaria e dissidente, dibattere su quali compiti devono essere remunerati e come, può essere un tema spinoso. In più, se si tratta di sovvenzioni bisogna far quadrare i numeri e le promesse, cosa che porta con se lo stress proprio di qualsiasi relazione con la burocrazia. Per questo mancano più collettivi dedicati a queste questioni e orientati alla facilitazione di creare sinergie tra progetti simili.
In forma complementare, il lavoro di presa di coscienza rispetto all'importanza di usare e appoggiare alternative per proteggere un internet aperto, libero, sicuro, decentralizzato e neutro dovrebbe essere assunto da un ventaglio molto più amplio di attrici e organizzazioni dei movimenti sociali e della cittadinanza. Questo lavoro non può continuare ricadendo principalmente in collettivi che investigano e sviluppano tecnologia libera.
Tutte dobbiamo contribuire e difendere un Internet libero. Uno sforzo collettivo meglio distribuito verso la nostra sovranità tecnologica già sta dimostrando la sua capacità trasformatrice rivoluzionaria. Come ben appuntava la Associazione di Astronauti Autonomi quando segnalava l'importanza di ri-appropiarci e costruire nuovi immaginari rispetto al nostro futuro: "le comunità di gravità zero stanno a portata di mano, solo la inerzia della società previene che si formino, però la loro base già esiste e noi sviluppiamo la propulsione necessaria."[^21]
La ST rappresenta queste comunità in gravità zero ogni giorno più vicine al decollare.
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**Alex Haché**
Sociologa, dottorata in economia sociale e investigatrice di tecnologie per il bene comune. Membro di vari progetti di sviluppo di software libero, lavora nel potenziare le capacità di trasformazione sociale e politica delle tecnologie per comunità di vicini, movimenti sociali, gruppi di donne, collettivi di investigazione activista....
spideralex[at]riseup[dot]net
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**NOTE**
[^1]: Disponible (in castigliano): https://vimeo.com/30812111
[^2]: http://viacampesina.org/en/
[^3]: https://it.wikipedia.org/wiki/Sovranit%C3%A0_alimentare
[^4]: “Il problema del free rider (free rider problem) si verifica quando un individuo beneficia di risorse, beni, servizi, informazioni, senza contribuire al pagamento degli stessi, di cui si fa carico il resto della collettività.” Fonte: https://it.wikipedia.org/wiki/Problema_del_free_rider
[^5]: http://www.infoaut.org/index.php/blog/clipboard/item/8845-libert%C3%A0-e-diritti?-tocca-sudarli-anche-in-rete-infoaut-intervista-autistici/inventati
[^6]: Raccomandiamo la visione di questo video didattico senza dialoghi (A tale by Big Lazy Robot VFXMusic and sound design by Full Basstards) che rappresenta, per esempio, il feticismo che viene con i prodotti Apple: https://www.youtube.com/watch?v=NCwBkNgPZFQ
[^7]: http://www.wumingfoundation.com/giap/?p=5241
[^8]: http://www.ippolita.net/
[^9]: http://laboratoryplanet.org/
[^10]: http://bureaudetudes.org/
[^11]: http://tiqqunim.blogspot.com.es/2013/01/la-hipotesis-cibernetica.html
[^10]: http://bureaudetudes.org/
[^11]: http://tiqqunim.blogspot.com.es/2013/01/la-hipotesis-cibernetica.html
[^12]: “Faccio parte di una microimpresa, cooperativa di lavoro associato, dedicata a produrre contenuti web con software libero. Sono un nodo attraverso il quale comunicano molte reti, senza poter considerare nessuna di queste come spazi totalmente miei: donna non femminista, cooperativista non convinta, impresaria senza capitale, lavoratrice a bassa produttività, programmatrice che non elogia il suo linguaggio....”. Tradotto da: http://espaienblanc.net/?page_id=713
[^13]: Il mondo del libero e dell'aperto si è complicato molto. Vediamo ampli settori dell'industria, della finanza e dei governi che entrano nell'area di sviluppo di tecnologie e piattaforme aperte (open innovation, open knowledge, open educational ressources, open tutto).
[^14]: http://networkcultures.org/wpmu/unlikeus/
[^15]: Termine usato per riferirsi a errori informatici o comportamenti non desiderati/aspettati di un programma.
[^16]: http://www.nodo50.org/mujeresred/feminismos-jo_freeman.html
[^17]: Come spiegano le compagne della rete sociale N-1:”N-1 è una nozione usata da Deleuze e Guattari nel libro Millepiano, in Introduzione al Rizoma o la molteplicità non riducibile al Uno. È “la sottrazione che permette di moltiplicare”. È lo spazio del meno, che non somma dimensioni a un insieme, ma che permette, a traverso dello sviluppo di un'interfaccia-strumento condivisa, comporre e ricombinare in un comune aperto. In termini più semplici, si tratta dell'idea che non abbiamo bisogno di strutture verticali e gerarchica che portino con se la costituzione e adozione da parte di tutt* di un'ideologia a senso unico. Possiamo sommare tutte le parti, ognuna delle soggettività attuanti e desideranti, e comunque ottenere un insieme che è maggiore delle singole componenti separate. Dentro N-1 impariamo a sommare la varierà e l'eterogeneità di ognun* senza obbligarl* a inchinarsi davanti a nessuna verità unica o inequivocabile. Inoltre l'uso della rete, della distribuzione e della collaborazione permette di ridurre il lavoro totale, già che quando un* fa una cosa e la condivide con altr*, quest* ultim* possono fare altre cose partendo da quello che si ha condiviso prima. Così ogni volta costa meno lavoro fare e condividere cose interessanti. Si crea un meme e si crea qualcosa di valore in forma sempre più semplice, si stimola che ognuna possa accedere e incontrare i mezzi di cui ha bisogno per portare a termine le sue azione di trasformazione sociale e/o politica. Ogni volta che qualcuna fa qualcosa con uno sforzo N, la prossima persona che fa qualcosa compirà uno sforzo N-1 per fare lo stesso.
[^18]: http://dwardmac.pitzer.edu/Anarchist_Archives/bookchin/soclife.html
[^19]: https://it.wikipedia.org/wiki/La_cattedrale_e_il_bazaar
[^20]: Per esempio Guifi.net iniziò spinta da un gruppo di persone che non riuscivano ad accedere ad un internet di buona qualità per la loro ubicazione geografica considerata “remota” dagli ISP commerciali; o la gente di La Tele Okupem les Ones che volevano contare su un canale di televisione non commerciale che riflettesse l'attualità dei movimenti sociali.
[^21]: Fonte: http://www.ain23.com/topy.net/kiaosfera/contracultura/aaa/aaa_intro.htm