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Interpretación simultánea transmitida por radiofrecuencia
COATI - Colectivo para la Autogestión de las Tecnologías de la Interpretación
Introducción
«Ni la solidaridad internacional ni las protestas globales son fenómenos nuevos. Desde las revoluciones europeas de 1848, pasando por las revueltas de 1917-18 tras la revolución rusa, hasta los destellos de resistencia casi universales en 1968, las luchas siempre han sabido inspirarse mutuamente y comunicarse a nivel global. Lo que quizás sí sea novedad en nuestros tiempos es la facilidad y rapidez con las que podemos comunicarnos de una lucha a otra, y el que la globalización ha supuesto que personas muy diversas pertenecientes a culturas distintas de todo el planeta tengan ahora un enemigo en común.» (Do or Die, número 8, 1999)
«Nuestra resistencia es tan transnacional como el capital»
(Lema del día de acción global contra el capitalismo, 8 de junio de 1999)
A medida que la economía se ha ido volviendo más transnacional, también lo ha hecho la resistencia contra sus devastadoras consecuencias sociales y ecológicas. La resistencia internacional requiere el encuentro de luchas y culturas distintas para conocernos, compartir ideas y experiencias, y coordinar acciones. Este cruce de fronteras y culturas implica también el cruce de barreras lingüísticas. Y las cuestiones lingüísticas afectan a las relaciones de poder.
Muchas reuniones internacionales se llevan a cabo en las lenguas más «internacionales», como el inglés, español, ruso o francés. Mucha gente habla estos idiomas, pero eso se debe a su largo historial imperialista: fueron impuestas por la fuerza, a menudo, de manera brutal a pueblos de culturas muy diversas, al tiempo que arrasaban las lenguas locales y borraban la diversidad cultural. Nos pueden ser útiles para comunicarnos, pero, a menudo, no son nuestro primer idioma y quienes participan en una reunión en lengua extranjera pueden no tener claro si han entendido todo bien, o pueden inhibirse a la hora de hablar por falta de confianza en su capacidad de expresión. Estas reuniones por tanto, con frecuencia, acaban dominadas por quienes se sienten a gusto con una lengua mayoritaria; de este modo los hablantes nativos de las lenguas coloniales (especialmente el inglés) han dominado la historia y siguen dominando nuestras reuniones.
Si de verdad estamos a favor de la diversidad, la participación de base y la toma de decisiones por consenso, debemos concienciarnos de estas relaciones de poder y procesos de inclusión y exclusión. El aumento de la igualdad en nuestras comunicaciones y el abrir espacio para hablantes de otras lenguas es una tarea política importante, y una de las herramientas más útiles en este sentido es la interpretación, para que cada persona pueda hablar un idioma en el que se pueda expresar sin dificultades.
La interpretación entre dos lenguas es un arte tan antiguo como las lenguas mismas, y no exige el uso de tecnología ninguna. Sin embargo, para que la interpretación sea practicable en reuniones multilingües debe ser simultánea; y la interpretación simultánea multilingüe no se puede hacer sin tecnología.
Historia de las tecnologías de interpretación alternativas
Los primeros intentos de utilizar medios tecnológicos para facilitar este tipo de interpretación se remontan a los juicios de Nuremberg tras la Segunda Guerra Mundial, con un sistema basado en la telefonía. Desde aquellos comienzos, la tecnología, por lo general basada en transmisión por infrarrojos, ha ido desarrollándose a la par que organizaciones internacionales como la ONU y la Unión Europea. Hoy é,stas usan tecnologías muy maduras pero extremadamente caras, y por tanto, fuera del alcance de la mayoría de espacios activistas y movimientos sociales. A veces para una reunión se puede alquilar algún de equipo de éstas características, pero cuando queremos trabajar a una escala más ambiciosa los costes se vuelven prohibitivos.
Los Foros Sociales Europeo y Mundial (FSE y FSM), que se realizaron entre 2001 y 2010, fueron actos internacionales que llegaron a contar con más de 100 000 participantes y más de cien reuniones en paralelo, cada día. En un principio, la interpretación debido a su alto coste estuvo muy limitada, pero algunas personas tomaron conciencia de la importancia que tienen los idiomas en el proceso político, y fue así como nació Babels, una red de intérpretes voluntarias.
La interpretación resulta más sencilla en las grandes sesiones plenarias, donde sólo unas pocas personas hablan y la mayoría se limita a escuchar. El trabajo participativo requiere grupos más pequeños, en los que más gente pueda contribuir, pero conlleva que se multipliquen los recursos necesarios para la interpretación. Por tanto, las decisiones que se toman sobre la interpretación afectan los modos de trabajo que se dan en una reunión. El coste prohibitivo de las tecnologías comerciales e intérpretes pone límites a los recursos disponibles para el trabajo de fondo: por ello, no existen las decisiones puramente técnicas. Y aunque hubiese dinero para contratar un servicio de traducción, este representaría un gasto a fondo perdido. Cuando le das el dinero a una empresa privada, esos recursos desaparecen. La alternativa es la autogestión, invertir esos recursos en personas y materiales de modo que sirvan para aumentar las capacidades y la autonomía de los movimientos.
En el FSE de París en 2003 más de 1000 voluntarias contribuyeron a la interpretación, de modo que todas las plenarias y talleres tuvieron lugar en varios idiomas. Sin embargo, la tecnología que se usó era comercial, y los costes resultaron astronómicos. Nunca más se volvió a usar tecnologías de interpretación comercial en una reunión de este tamaño. Ese mismo FSE inspiró unos primeros experimentos con tecnologías alternativas para la interpretación. Al principio, se probó con ordenadores, pero la digitalización alargaba los desfases temporales entre lo que se decía y su traducción, lo que llevaba a la confusión tanto de las intérpretes como del público.
En el FSM de Mumbai en 2004, se optó por una tecnología más asequible, analógica, con transmisión por cable y por ondas de radio FM. En el FSE de 2006, en Grecia, se formó el colectivo ALIS (ALternative Interpreting Systems) para proporcionar tecnología de interpretación. Aprovechando la experiencia y los esquemas electrónicos de los grupos que habían estado usando consolas de interpretación analógicas y transmisión por radio FM. Se dedicaron meses de trabajo a fabricar materiales suficientes para cubrir el foro entero.
Atenas fue la primera vez (y en el marco de los Foros Sociales, por desgracia la última) en que un encuentro político de tal envergadura reconoció plenamente la categoría política de la tecnología de interpretación alternativa, y le dedicó el espacio y los recursos necesarios para que llevase a cabo su misión. El resultado fue un éxito sin precedentes. Los receptores de infrarrojos son aparatos muy caros, custodiados celosamente por sus dueños que exigen a los participantes que depositen para su uso un pasaporte o tarjeta de crédito a modo de fianza; en Atenas, sin embargo, podía hacer uso de la interpretación cualquiera que tuviese un transistor FM. A día de hoy, los movimientos sociales siguen utilizando distintas versiones de ese mismo sistema, permitiendo a cualquiera escuchar la interpretación con una simple radio de bolsillo o un teléfono con receptor de radio.
No obstante, el resultado de trabajar con los Foros Sociales ha sido de mostrar que la falta de apoyo político y material en los eventos ha vuelto inútiles todos los esfuerzos de técnicos e intérpretes. Además, entre un evento y otro, cuando había que ocuparse de comprar, fabricar, almacenar, transportar, probar y reparar el equipo, no existía ningún apoyo para esa labor. A diferencia del equipo comercial, que se alquila para los días del evento, el equipo autogestionado es algo de lo que te tienes que encargar entre las reuniones, y a veces, en cantidades mayores a las que puedas necesitar para un evento concreto. Hay que formar gente para su uso, hay problemas logísticos que resolver y cargas administrativas, y todo esto requiere recursos y dedicación. Aunque los Foros Sociales se negaron a entender todo esto, otros movimientos sí lo han entendido.
COATI - el Colectivo para la Autogestión de las Tecnologías de la Interpretación
COATI se formó en Barcelona en 2009, reuniendo a personas que habían participado en movimientos anticapitalistas y antiglobalización. Habíamos apoyado a lxs campesinxs de La Vía Campesina en la creación del movimiento por la Soberanía Alimentaria, habíamos trabajado de intérpretes voluntarias (a veces en condiciones muy precarias) y entendíamos el valor de una tecnología alternativa de calidad. Habíamos aprendido a organizarnos de forma horizontal y consensuada en la cultura DIY de los centros sociales anarquistas y anticapitalistas de toda Europa. Teníamos experiencia de la tecnología gracias a los hacklabs okupas y las comunidades de software libre. Aprendimos el uso de los sistemas de sonido organizando festivales de punk hardcore, fiestas callejeras y radios comunitarias independientes. Todas estas experiencias, y los valores que animan a estas comunidades, inspiraron nuestro proyecto.
Invitamos a un miembro del Colectivo ALIS para que viniese a Barcelona y nos enseñase cómo funcionaba su equipo. Así, empezamos la búsqueda de toda esa vieja tecnología alternativa (la mayor parte de la cual estaba apilada en almacenes u olvidada en cajas en las oficinas de alguna campaña, cubriéndose de polvo). Nuestro compromiso era aumentar la diversidad lingüística y nuestro plan adquirir y gestionar el equipo, para que cada evento no se viese obligado a solucionar el problema tecnológico empezando de cero cada vez. Sin embargo, pronto vimos que el aumentar el acceso a la tecnología de la interpretación iba a exigir más que simplemente gestionar el material y reducir los costes.
Hacer que la tecnología alternativa sirva a la gente
El primer reto fue superar las resistencias al uso de tecnologías alternativas, causadas por experiencias negativas anteriores. El sistema diseñado por los movimientos sociales no tenía la misma calidad que el equipo comercial. Se fabricó con el objetivo de reducir, de manera significativa, los costes, utilizando materiales baratos no diseñados específicamente para procesar señales de sonido. Eso significaba, a veces, que tanto lxs intérpretes como el público tenían que soportar un zumbido electrónico que en breve resultaba agotador.
Un elemento importante de la solución fue el de otorgar a la tecnología su importancia. Nos formamos, y adonde fuera nuestro equipo siempre estaba una persona responsable y dedicada a su manejo, ya que muchos de los problemas provenían de que de la tecnología se preparaba en el último momento, y no había nadie encargadx de que funcionase bien. Aprendimos, manos a la obra, y dedicamos mucho tiempo a encontrar las causas de los problemas y a modificar el equipo, añadiendo pequeños circuitos para filtrar y amplificar señales y mejorar la calidad del sonido.
Nos dificultó mucho esta tarea el hecho que el equipo que fabricó el colectivo griego no venía con esquemas electrónicos. Por ello, hicieron falta muchas horas de ingeniería inversa antes de poder comenzar con las modificaciones. Hoy este equipo ya tiene casi diez años y empezamos a plantearnos el reto de diseñar y fabricar, partiendo de cero, nuevas consolas de «código abierto». Somos muy conscientes del valor que tiene el código abierto, por lo que, el resultado de todo nuestro trabajo electrónico está plenamente documentado y disponible en línea.
Hacer que la gente se sirva de la tecnología alternativa
Solventar los problemas técnicos no fue nuestro único reto. Algunas de las peores dificultades venían de las culturas políticas y organizativas de los propios movimientos. Muchos grupos se basan en un modelo organizativo relativamente informal, y muestran resistencia ante la disciplina requerida para la interpretación simultánea: hay que expresarse de manera clara y despacio; hablar en el micrófono para que la señal llegue a lxs intérpretes; y lxs participantes no pueden estar interrumpiéndose mutuamente. Algunas grandes redes y ONG, a veces, sí tienen experiencia de trabajar con intérpretes, pero tienden a verlos como un mero servicio técnico que debería ser invisible, en lugar de un elemento importante del proceso político. Las exigencias de participación política por parte de las iniciativas de interpretación solidaria con tecnologías alternativas les causan frustración. Además, por muy bien que funcione la tecnología, el mero hecho de que haya interpretación no elimina automáticamente las relaciones de poder creadas por los idiomas; y sigue siendo responsabilidad de todxs crear espacio para incluir más lenguas minoritarias.
Por lo tanto, otro aspecto importante del trabajo de COATI ha sido fomentar la cultura política necesaria para que la tecnología de interpretación alternativa pueda funcionar de verdad.
Interpretación voluntaria
La tecnología alternativa puede ser utilizada también por intérpretes pagadxs, e intérpretes voluntarixs pueden trabajar en cabinas comerciales. Los dos procesos se han ido desarrollando a la par, y un elemento clave de la organización de un acto internacional consiste, a menudo, en la búsqueda de voluntarixs capaces de cubrir las necesidades lingüísticas. Por ejemplo, se pueden encontrar intérpretes profesionales dispuestxs a trabajar gratis, por solidaridad, por acumular experiencia, o porque así pueden viajar con gastos pagados a lugares exóticos. Sin embargo, las relaciones que así se crean corren el riesgo de quedarse en la provisión de servicios baratos, con voluntarixs que tienen poco interés en las cuestiones políticas de las que se habla. Además, los gastos pueden seguir siendo muy elevados aunque el trabajo se haga gratis.
Por ello, gran parte de nuestra labor consiste en apoyar los movimientos a construir su capacidad para la interpretación simultánea a partir de sus propias bases. Cuanto mayor sea un evento, más complejo será este proceso y se podría escribir otro artículo sólo sobre las cuestiones técnicas y políticas que conlleva. Hemos desarrollado un taller de formación, de dos días, para activistas sobre los idiomas, y en los equipos de intérpretes que coordinamos siempre intentamos incorporar un elemento de formación, sentando en una misma cabina a intérpretes con experiencia y a activistas que recién empiezan.
Comunicar sobre la interpretación
Otro elemento importante en el cambio de cultura política ha sido concienciar a lxs participantes de actos internacionales sobre la diversidad lingüística. Dondequiera que trabajemos, siempre intentamos hacer una presentación práctica y política del equipo, y entregamos orientaciones escritas sobre cómo hablar en una reunión multilingüe. Animamos a que se reflexione sobre el idioma que unx usa, a que piensen en cómo evitar hablar un idioma mayoritario, si se tiene la opción, para no marginalizar a quienes dependen de la interpretación y pueden sentir una sensación de vergüenza e incultura, y mostrarse menos dispuestos a participar. También hemos experimentado con modos de trastocar la interpretación invisible, poniendo las cabinas en el podio y a los oradores abajo en la sala, para que todo el mundo vea claramente en qué consiste el proceso.
Diseñar soluciones flexibles que cubran las necesidades políticas
La interpretación necesariamente pone límites a lo que se puede hacer en una reunión o un encuentro, y la interpretación simultánea se aviene más a formas de organización muy jerárquicas, como el modelo de conferencia tradicional. Sin embargo, nuestro compromiso es con modos de organización no jerárquicos, por lo que consideramos prioritario entender las metodologías, necesidades y recursos de un grupo para encajarlos con las posibilidades técnicas y tecnológicas.
Este proceso consta de dos elementos principales. El primero es la estrecha colaboración con las organizadoras del acto para entender sus objetivos políticos y ayudarles a entender la interpretación y su tecnología; y cómo estas se conjugan con las diferentes dinámicas y técnicas de facilitación de reuniones. El segundo es una actitud creativa ante el equipo, fabricando apaños con mezcladoras y separadores de señal, cableando y encintando aparatos de manera no convencional para que hagan lo que necesitemos.
Hemos acumulado una gran experiencia en llevar al límite lo que se puede hacer para romper los moldes del típico formato de reunión, incluso en situaciones bastante extremas. En el segundo encuentro de Nyeleni Europa, en Cluj-Napoca (Rumanía) en 2016, organizamos lxs intérpretes y los materiales para trabajar con metodologías de participación experimentales con más de 400 participantes y nueve idiomas. Ahora estamos elaborando una guía técnica y política para la facilitación de reuniones multilingües.
El mayor reto: la descentralización
En estos últimos siete años hemos trabajado con muchos grupos y movimientos para ayudarles con los requisitos lingüísticos de sus actos internacionales. A menudo, esto implica que llevamos toda la tecnología y personal técnico necesarios, además de coordinar intérpretes. Sin embargo, también ayudamos a las organizaciones a fabricar o adquirir su propio equipo, y a capacitarse para cubrir sus propias necesidades de interpretación. Consideramos que la verdadera soberanía tecnológica significa que las organizaciones no tengan que depender de «expertxs», sino que estén empoderadas para satisfacer sus propias necesidades de tecnología. Por eso, uno de nuestros proyectos más ambicioso ha sido el desarrollo de material sencillo, fácil de usar, de código abierto, que unx mismx puede fabricar.
El spider - un proyecto de hardware de código abierto
Probablemente, el equipo de interpretación más sencillo sea el «spider»: una cajita a la que se enchufa un micrófono, con salidas para auriculares con los que el público puede escuchar la interpretación. Los cables saliendo para todos los lados la hacen parecer una gran araña, de ahí su nombre.
Si los comparamos con la radio FM u otros modos de transmisión inalámbrica, los spiders son baratos y muy fáciles de usar. Son para el trabajo a pequeña escala, prácticos en realidad sólo para reuniones más pequeñas (¡aunque en situaciones extremas hemos llegado a cubrir con ellos actos de cientos de participantes!) La verdadera adaptabilidad a escala de este sistema consiste en que toda organización puede permitirse tener unos pocos spiders, y a menudo, esto basta para que sean autónomas en gran parte de sus necesidades de interpretación.
Hemos dedicado años al desarrollo y producción de nuestra propia versión de código abierto del spider, que incorpora varias mejoras sobre versiones anteriores, por ejemplo, extensiones para añadir grupos de oyentes de doce en doce.
Fabricamos nuestros spiders a mano para uso propio y para vender. También, existen kits para fabricarlos a precio de coste. Todos los esquemas electrónicos, con las referencias de cada componente e instrucciones para su fabricación están publicados en línea bajo la Licencia Pública General de GNU.
Formar nuevos colectivos tecnológicos
Desde que el proyecto Spider se publicó en línea hemos organizado varios talleres de electrónica, para formar en la fabricación de spiders, y sabemos de al menos un grupo (en Ucrania) que ha construido sus propios spiders con tan sólo la información disponible en línea, y sin contacto con nosotrxs. También trabajamos con técnicos de otros grupos, invitándoles a eventos mayores para que vean cómo se usa el equipo en situación real. Hemos participado en varios fines de semana de formación mutua, que han servido para que otros grupos comenzasen su andadura; y hemos participado en la creación de nuevos colectivos que utilizan spiders e inventan sus propias soluciones en Rumanía y Polonia, además de un colectivo internacional, Bla, que usa spiders y pequeños equipos de radio y viajan a distintos eventos por Europa.
Conclusiones
La soberanía en tecnología de interpretación ha llegado a significar muchas cosas para nosotrxs. En primer lugar, para aumentar el acceso de los movimientos sociales a la tecnología de interpretación era necesario reducir costes y desarrollar soluciones alternativas de alta calidad que funcionasen de verdad y fueran sostenibles a largo plazo. Este, sin embargo, no fue el único reto. Falta mucho trabajo político por hacer para superar las resistencias al uso de la tecnología de interpretación como modo de abrir nuestras reuniones y encuentros a hablantes de otros idiomas, y que así puedan participar en pie de igualdad. Es necesario compartir conocimientos sobre los aspectos tecnológicos de la interpretación y cómo éstos afectan a los diferentes modos de facilitación de reuniones. También, la investigación y desarrollo de código abierto para la soberanía tecnológica debe ir acompañada de capacitación y movilización políticas, de modo que aumente la conciencia del cómo y el porqué se deben usar este tipo de tecnologías, y empoderar a la gente a que verdaderamente controle y cree sus propias soluciones.
Si quieres más información sobre COATI y nuestro trabajo, la encuentras en: enlace web